jueves, 30 de julio de 2015

¿QUIÉN DIJO QUE LOS COSMETICOS SON SUNTUARIOS?


¿QUIÉN DIJO QUE UN COSMÉTICO ES UN ARTÍCULO SUNTUARIO?

 

Se puede vivir sin cosméticos?, claro que si, pero ¿se puede vivir mejor con estos? Absoluta y positivamente afirmativo.  Es un hecho real y muy cierto. 

Semanas  atrás, como Asociación desarrollábamos uno de nuestros talleres para mujeres con cáncer, y observábamos y palpábamos  como un grupo de mujeres en tratamiento oncológico, generalmente con quimio y radioterapia, luego de participar en una sesión de maquillaje, transformaban sus rostros, no sólo por el color plasmado en sus labios, ojos y mejillas, sino también por la intensa sonrisa y gran ánimo que mostraban al mirarse ante  el espejo.  Todas ellas, podían percibir como iban reapareciendo sus cejas que ya se habían caído junto con su cabello; sus ojos se tornaban más radiantes, luego de enmarcarlos con un delineador en ausencia de sus pestañas; los labios recuperaban su color natural y su rostro adquiría un color y tono que evocaba la salud y naturalidad de una persona sana.    Podíamos mirar el cambio sustancial, cuando una de aquellas aprendía estratégicamente a colocarse el pañuelo, o quizás una peluca en su cabeza.  Se podía notar en ellas  alegría de vivir, mejoramiento de su autoestima, más seguridad personal;  se sentían más atractivas;  todo esto, según los médicos, aumenta el sistema inmunológico de estas hermosas mujeres con cáncer, lo cual ayuda sustancialmente en sus tratamientos médicos..

Mis pensamientos, también se remontan a la señorita de la peluquería de mi barrio, mientras hacía verdaderas obras de arte en mis uñas, comentaba acerca de sus dos hijos pequeños que la esperaban en casa; el pago que recibiría por hacer más atractivas mis manos, lo utilizaría para comprar el pan y la leche para su familia. 

A mi mente también viene el caso de Susy, una mujer espectacular que enviudó de repente, y que sin tener experiencia laboral, ni preparación académica, llegó a ser una líder ejemplar como microempresaria de una empresa de venta directa de cosméticos, ella mostraba el catálogo y expandía su red cada día de trabajo.  Susy pudo cubrir sus deudas, viajar fuera del País en un evento de reconocimiento, dar educación a sus hijos y comenzar a pagar su vivienda propia, todo gracias a su gestión de mujer, líder de hogar y microempresaria.

Qué decir de aquella o aquel profesional, quien tiene a su cargo el análisis químico de un cosmético, cuando de su decisión depende el ingreso de éste al mercado.  Entre fórmulas y etiquetas, transcurre su vida en la cual, también queda impregnada el aroma de una fragancia, que gracias a su gestión, yace en la percha de algún almacén presto a ser adquirido por algún espíritu coqueto. 

Cuántas historias más, tendríamos para contar quienes estamos inmersos en esta fascinante industria; sin embargo, el espacio limitado de un papel, no lo permite.  Tan sólo resta decir que un producto cosmético, sea cual fuere, brinda “bien estar”, es decir el   “estar bien”.  Ofrece una mejor calidad de vida para quien lo comercializa; aumenta la autoestima  en hombres y mujeres y esto, definitivamente, lo hace una mejor persona.  Un producto cosmético otorga salud, por ejemplo un jabón,  parte sustancial de la higiene.  En fin, hay tanto por decir acerca de lo que es un cosmético, éste es más que una herramienta amiga, para poner  una sonrisa en un rostro pálido; pone también comida sobre una mesa y brinda esperanza a quien por alguna razón dejó de creer en sí misma. 

La belleza la llevamos por dentro, es verdad, pero un cosmético siempre estará ahí para resaltarla, ya sea en lavabo de un baño, en la gaveta del auto, en el cajón de un escritorio, o sobre la peinadora o velador de alguna alma solitaria haciéndole compañía.

¿Quién dijo que un cosmético es un artículo suntuario?


98 de cada 100 hogares en el Ecuador, tienen al menos 5 productos cosméticos en sus hogares:  jabón, champú, desodorante, pasta dental, fragancia.  Antes de salir de su casa hoy, ¿Cuántos cosméticos utilizó?

 

MARIA FERNANDA LEÓN